ALBERITE DE SAN JUAN
Escudo: cuadrilongo de redondeada base. De gules, arco de oro sumado de cruz latina Una de sable, mazonado de sable y ACLARADO del campo; en punta Una cruz de Malta. Al timbre, la Corona real cerrada.
Alberite de San Juan es un municipio de la provincia de Zaragoza, (Aragón). Según el INE, en el año 2020 contaba con una población de 74 habitantes.
La primera vez que esta población aparece citada es el 31 de julio de 1124, cuando Alfonso I dio a García Íñiguez de San Celedonio las casas que tenía en Tudela, a la vez que le confirmaba otras posesiones, entre ellas una heredad en Alberite.
Fue en 1141 cuando Pedro Taresa Cruz y su madre donaron a la Orden del Temple el castillo de Alberite con todos sus términos.
El 21 de julio de 1151 Ramón Berenguer IV, príncipe de Aragón y conde de Barcelona, dio al Temple la villa de Alberite a cambio de Borja y Magallón. Cuando la Orden del Temple desapareció después de 1311, quizá hacia 1317, la población paso a ser propiedad de la Orden de San Juan.
Alberite estuvo desde época temprana en posesión de los templarios. En 1139, Pedro Taresa y su madre hace donación a la Orden, en la persona de su maestre Rigaldo, del castillo de Alberite, donación que es confirmada en 1141. Según documentación aportada por Ana Isabel Lapeña en su tesis doctoral “La Encomienda de la Orden del Temple en Novillas”, Ramón Berenguer IV ratifica, en un documento con fecha 21 de julio de 1151, las posesiones de la encomienda templaria de Novillas sobre los castillos de las villas de Ambel y Alberite. En 1162, Alberite pasa a depender de la nueva encomienda de Ambel, junto a Cabañas. Con la supresión de la Orden del Temple en 1132, sus bienes pasan a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, quedando Alberite adscrito a la encomienda hospitalaria de Ambel, que a su vez dependía de la castellanía de Amposta. A esta época de jurisdicción sanjuanista se debe precisamente el topónimo de “San Juan” con el que se le conoce actualmente.
La parroquial de Nuestra Señora de la Asunción se levanta en un lateral de la Plaza de la Iglesia, en la parte alta de la localidad. Parece ser que en un principio estuvo bajo la advocación de San Juan y con este nombre la recoge Francisco Abbad Ríos en su Catálogo Monumental de la Provincia de Zaragoza. En época indeterminada, probablemente en la década de 1940-50, se produjo el cambio de advocación quedando bajo la de Nuestra Señora de la Asunción, titular del Retablo Mayor.
Alberite estuvo desde época temprana en posesión de los templarios. En 1139, Pedro Taresa y su madre hace donación a la Orden, en la persona de su maestre Rigaldo, del castillo de Alberite, donación que es confirmada en 1141. Según documentación aportada por Ana Isabel Lapeña en su tesis doctoral “La Encomienda de la Orden del Temple en Novillas”, Ramón Berenguer IV ratifica, en un documento con fecha 21 de julio de 1151, las posesiones de la encomienda templaria de Novillas sobre los castillos de las villas de Ambel y Alberite. En 1162, Alberite pasa a depender de la nueva encomienda de Ambel, junto a Cabañas. Con la supresión de la Orden del Temple en 1132, sus bienes pasan a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, quedando Alberite adscrito a la encomienda hospitalaria de Ambel, que a su vez dependía de la castellanía de Amposta. A esta época de jurisdicción sanjuanista se debe precisamente el topónimo de “San Juan” con el que se le conoce actualmente.
Su topónimo árabe significa «la posta». La primera vez que aparece citada en la documentación medieval es en 1127, cuando Alfonso I dio a Garcia Íñiguez de San Celedonio las casas que tenía en Tudela, a la vez que le confirmaba otras posesiones, entre ellas una heredad en Alberite. En 1139, Pedro Taresa Cruz y su madre conceden a Rigaldo, maestre de la Orden del Temple, el castillo de Alberite, confirmando esta donación en 1141. Durante una primera etapa dependió de la encomienda templaria de Novillas; así, en 1151, Ramón Berenguer IV confirmó estas posesiones a la Orden, además de otros lugares. Desde 1162, por lo menos Ambel se separó de Novillas dando lugar a una nueva encomienda formada por Alberite, Tarazona y Ambel. Su primer comendador fue Nuño. Con la extinción de la Orden del Temple a principios del siglo xiv, pasó a ser una dependencia sanjuanista.
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