Aunque el censo de España de 1857 registra una población de 805 habitantes para Alhama, el auge de las aguas termales hace que la población de la localidad entre 1930 y 1960 alcance casi los 2000 habitantes. A partir de la década de 1960 tiene lugar un notable descenso demográfico, observándose cierta estabilidad a partir de finales del siglo XX.
En 2019 el municipio tenía 1020 habitantes.
Iglesia de la Natividad de la Virgen
Interesante ejemplo de la reaparición en época barroca de elementos que van a continuar la tradición de los sistemas ornamentales mudéjares y que constituyen la decoración más genuina y autóctona de la primera etapa de la arquitectura barroca en Aragón. Construida entre 1626 y 1657, la iglesia se levantó sobre una planta de cruz latina con testero recto, en la que se cubre el crucero con cúpula sobre pechinas, mientras que el presbiterio, los brazos del crucero y la nave lo hacen con bóvedas de lunetos.
Castillo
El castillo de Alhama de Aragón se alza sobre un cerro, de él queda en pie la torre del homenaje de antiguo recinto fortificado, a las afueras de la poblacion, dominando el curso del rio Jalón y frente a la localidad del mismo nombre.
Documentado en el siglo XI, el castillo de Alhama fue construido por los musulmanes, es nombrado en el Cantar de Mio Cid, y fue conquistado en 1071 por el Campeador, volviendo a manos musulmanas posteriormente, hasta que Alfonso I lo conquistó definitivamente en 1120 para la Corona de Aragón. En el transcurso de la guerra de los Pedros (siglo XIV) fue conquistado por los castellanos, hasta que Pedro IV el Ceremonioso lo recuperó de nuevo para los aragoneses.
En el XV, un siglo no menos belicoso, paso de manos aragonesas a castellanas, y a la inversa, hasta que finalmente el tratado de paz entre los dos reinos dejo la fortaleza en el lado aragonés.
El conjunto consta de una torre de planta rectangular de unos nueve por seis metros de longitud construida en sillería bien trabajada.
Mantiene íntegro el matacán con arcos semicirculares entre los canes, pero carece de almenas. El acceso tiene una portada con arco de medio punto. Tiene alguna ventana de pequeño tamaño y algunas saeteras. Desde la torre parte una muralla en dirección sur hasta el extremo del espolón rocoso.
Situado en Alhama de Aragón, al sur de la provincia de Zaragoza y a menos de dos horas de Madrid, se encuentra el Balneario Termas Pallarés. Un espacio muy especial dedicado al relax, al ocio y al ciudado personal. Un lugar casi mágico que transporta a sus huéspedes a épocas pasadas, en el que descansar y desconectar del estrés cotidiano.
Pero si algo hace disferente a Termas Pallarés, no son sólo sus tres hoteles, el antiguo Casino, su gran área termal con innumerables tratamientos, ni sus ochenta mil metros cuadrados de parque: Son los beneficios de sus aguas termales, ya conocidas y utilizadas por los romanos y un Lago Termal natural de dos hectáreas, en el que el agua mana a 32ºC y se renueva de forma constante. Un lugar diferente en el que vivir una experiencia única.
La mayor riqueza de esta población reside en sus aguas termales, cuyos beneficios parece que ya eran conocidos en época romana. Existen ocho manantiales de aguas bicarbonatadas, cálcicas, nitrogenadas, arsenicales, hipertermales y radiactivas. Pero quizás lo más destacado es su lago termal, único en España, de casi dos hectáreas de superficie, con dos islas y un caudal de cristalinas aguas que brotan a 34 ºC.
Alhama es también cuna de una importante tradición alfarera, que corre peligro de desaparecer si no encuentra continuación en las generaciones jóvenes.
Desde finales de la década de los 80, Alhama cuenta con ZALUX, una importante empresa de fabricación de luminarias estancas, introduciéndose desde el año 2012 también en la fabricación de luminarias LED. Zalux en la actualidad cuenta con cerca de 300 empleados y exporta a más de 80 países de todo el mundo. Zalux forma parte del grupo empresarial alemán TRILUX, uno de los mayores productores de productos de iluminación a nivel mundial.
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Parece más que probable que las termas fueran ya conocidas en época romana. El topónimo romano del lugar, Aquae Bilbilitanorum —citado en el Itinerario de Antonino y en documentos imperiales—, así lo sugiere. De hecho, Cea Bermúdez afirmó haber visto restos de ellas en el siglo XIX.
De acuerdo al poeta bilbilitano Marcial, probablemente el nombre prerromano de la localidad era Congedus. De la época árabe es el actual nombre de Alhama, proveniente de Al-Hammam, que significa «los baños». De aquellos tiempos todavía se conservan el Baño del Moro y el Baño de la Mora, dos pilas construidas en la roca de la que mana directamente abundante agua termal.
Alhama figura entre las conquistas que realizó el Cid Campeador en 1081, y es mencionada en el Cantar del Mío Cid: «Otro día se puso en marcha mío Cid el de Vivar y pasó frente Alhama, por la hoz abajo va...».6Sin embargo, la plaza volvió luego a manos musulmanas, y sería Alfonso I quien definitivamente la reconquistara para los reinos cristianos en 1122 tras la toma de Calatayud. No obstante, la posición estratégica de Alhama así como su carácter fronterizo, hizo que años más tarde fuera motivo de disputa entre castellanos y aragoneses. En la Guerra de los dos Pedros, pasó a depender en varias ocasiones de uno u otro reino entre los años 1361 y 1366. Esta situación volvió a repetirse al siglo siguiente, reinando en Aragón Alfonso V y en Castilla Juan II, hasta la paz de 1454 cuando quedó definitivamente incorporada a la Corona de Aragón.
Ya en el siglo XIX fue cuando dio comienzo la explotación de las aguas termales de Alhama. El historiador Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, refiere que en su término municipal «brotan 30 ó 40 manantiales de aguas minerales, de cuya especie es la fuente que surte al vecindario, depositando sus aguas en un pilón por medio de dos hermosos caños de bronce»; añade que la población «tiene 120 casas, distribuidas en dos calles y tres pequeñas plazas... una iglesia parroquial bajo la advocación de la Natividad de Nuestra Señora... edificio antiquísimo, de orden gótico y de una sola nave». En su reseña, alude a las frecuentes inundaciones del Jalón, en concreto a la que tuvo lugar entre el 18 y el 20 de octubre de 1842, cuando el nivel de las aguas llegó a subir casi 3,5 varas, permaneciendo así durante dos días.
ALHAMA DE ARAGON
Escudo cuadrilongo de base redondeada. De gules, puente de oro de un solo arco, sumado de dos torres de oro, mazonados de sable y aclarados de gules, sobre cinco ondas de azur y plata cargadas de un barbo siniestrado de oro. Al timbre, Corona Real abierta.
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