Situado frente al Monasterio de Rueda, en su término municipal se construyó una central termoeléctrica, cerrada actualmente. Se pueden diferenciar el pueblo antiguo, emplazado en la hondonada, y el pueblo nuevo, construido más arriba.
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción es un edificio de compleja historia constructiva. Templo barroco de planta jesuítica, conserva en su interior tres capillas renacentistas de una iglesia anterior, cuya estructura global es desconocida. Posteriormente se añadió otra capilla, datada en el siglo xviii. El edificio actual consta de una nave, con cabecera semicircular al interior y pentagonal al exterior, tres capillas laterales en cada lado, y torre a los pies en el lado de la epístola.15 Su interior alberga un magnífico retablo mayor realizado en alabastro. Fue realizado a comienzos del siglo xvii para la iglesia del vecino Monasterio de Rueda, desde donde pasó a su emplazamiento actual a mediados del siglo xix después de la desamortización. Pese a su tardía cronología, pertenece todavía al renacimiento. Desde el punto de vista tipológico, ofrece una interpretación evolucionada del tradicional esquema en arco de triunfo.
Escatrón no se entiende sin el Ebro: uno de sus activos turísticos más importantes. El Ebro se remansa en la Ribera Baja y trae consigo sus meandros, y el azud y el canal que llega a la noria del Monasterio de Rueda. El Ebro son sus tardes plácidas en la orilla. Y las piraguas, los kayaks y la pesca.
MONASTERIO DE RUEDA (vista general)
El origen del Monasterio de Rueda se inicia en 1152 con la fundación de la abadía de Nuestra Señora de Saltz realizada por los monjes de Gimont, que a su vez procedían de la casa madre Morimond. En 1162, a partir de la cesión de tierras en Burjazud (Villanueva de Gállego), se fundó la abadía de Juncería, precedente inmediato de Rueda.
Finalmente, en 1182 el rey Alfonso II de Aragón cede a los monjes el castillo y villa de Escatrón, Zaragoza. Se trata de un emplazamiento a orillas del Ebro, más acorde con el espíritu cisterciense, dotado de territorio por colonizar, donde llegarán a partir de 1202 para fundar el actual monasterio. Poco después comenzarán las obras que se prolongarán durante varios siglos, sufriendo los altibajos económicos del Reino de Aragón y de la comunidad monástica en particular.
Torre mudéjar y claustro
PLAZA DE SAN PEDRO
El estado de abandono al que había llegado el monasterio motivó que hubiera que acometer todo tipo de obras, desde la dotación de las infraestructuras más elementales hasta el desescombro de algunas construcciones añadidas a las dependencias medievales. Mientras tanto, se iniciaban las obras de restauración atendiendo a las cuestiones más urgentes, con permanentes seguimientos arqueológicos que iban descubriendo la integridad de las estructuras medievales bajo la aparente ruina. Así se configuró el monasterio cisterciense que hoy podemos contemplar como ejemplar único en su traza. Gracias al trabajo realizado, la restauración de la totalidad de las dependencias fundamentales culminó en el año 2003, abriéndose al público su recorrido con visitas guiadas
La Ermita de Santa Águeda es un edificio relativamente grande, de planta rectangular con una sola nave y cabecera recta a la que se adosa una sacristía, torre a los pies y dependencias para los romeros. Está construida en mampostería —la mayor parte de los paramentos—, tapial reforzado con hiladas de ladrillo, sillería —primer cuerpo de la torre— y ladrillo —cuerpos superiores de la torre y cierre del pórtico. El elemento más destacado del interior es una capilla hornacina con la imagen de una Virgen. Al exterior destaca la torre, situada a los pies, en el lado del evangelio; es de tres cuerpos, rematados por chapitel bulboso.
El Santuario de San Francisco Javier es la antigua iglesia de un desaparecido convento, actualmente en ruinas. De este último, sólo se conserva parte de la iglesia en la que destacan las dos torres gemelas que flanquean la portada, habiendo desaparecido completamente el claustro. En su origen fue un colegio o congregación de Sacerdotes Misioneros fundado a comienzos del siglo xviii. El santuario tiene planta de cruz latina, con una sola nave con capillas laterales y cabecera recta. Está construido en mampostería, con sillería en la fachada principal, y ladrillo en los cuerpos superiores de las torres.
ARCO DE SANTA ÁGUEDA
Escatrón conserva parte de la muralla que la protegía en el pasado, destacando el Arco de Santa Águeda. Posiblemente corresponde a una de las antiguas puertas del recinto fortificado, reconvertida en capilla una vez perdida su función defensiva. En su parte inferior constituye un paso cubierto con bóveda de cañón. Sobre el arco se sitúa la capilla propiamente dicha, de planta cuadrangular y cubierta con cúpula, cubierta con cimborrio octogonal al exterior.
Escudo cuadrilongo de base circular; de sinople, dos espadas de oro, puestas en aspa, empuñaduras en alto, brochante una rueda de noria, de gules, con el eje de azur, fileteada de plata. Al timbre, Corona Real cerrada.
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Los asentamientos estudiados más antiguos, situados en el Cabezo de Muel, se fechan entre el siglo III a.C. y el siglo II. Se ha encontrado cerámica ibérica y romana, sobre todo campaniense. Escatrón fue la primitiva Scatro, nombre que puede derivar de la palabra latina «castro», en alusión a un campamento militar que controlara la desembocadura del Martín.
En Escatrón han aparecido restos visigodos, aunque la gran transformación del regadío tuvo lugar durante la dominación árabe. Alfonso I el Batallador, siguiendo el cauce del Ebro desde Zaragoza, reconquistó la villa en 1133. En 1182 Alfonso II hizo donación a la orden del Císter del castillo, villa, términos y población de Escatrón para que se construyera un monasterio. Dicha construcción —el actual Monasterio de Rueda— se inició en el siglo XIII, llegando los monjes al monasterio a partir de 1202. Las relaciones entre la villa y el abad del monasterio no siempre fueron cordiales; así, en 1389, hubo de intervenir el rey Juan I advirtiendo al abad fray Andrés Monsén de que debía facilitar el acceso al puerto fluvial a los mercaderes de grano de Barcelona y Tortosa.
Entre las efemérides más importantes de la villa cabe destacar la visita regia de Fernando III el Santo, quien fue huésped de Jaime I el Conquistador. El encuentro entre el monarca de Castilla y el de Aragón tuvo lugar en junio de 1234.
El Barrio Verde de Escatrón es vestigio de la convivencia de diversas culturas y religiones; su denominación alude a la ubicación de la judería. La expulsión de los moriscos de Escatrón tuvo lugar en 1610 aunque aquí, a diferencia de otros lugares cercanos, la población cristiana siempre fue muy superior a la musulmana.
Ya en el siglo XIX, Escatrón fue tomado por el ejército francés en marzo de 1809, quedando abandonado el monasterio desde esa fecha hasta 1814. Durante las Guerras Carlistas, la población fue ocupada por tropas carlistas en diciembre de 1835. El caudillo Añón, al mando de un ejército con 800 infantes y 250 caballos, exigió a la población el cobro de 6 000 reales, sin molestar a los nacionales que se encerraron en el fuerte.
Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, refiere que en esa época Escatrón tenía «unas 500 casas... que se distribuyen en calles poco limpias y 3 plazas». Destaca la existencia de ayuntamiento y cárcel, escuela, un hospital, la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, la iglesia que fue de los misioneros de San Javier, y tres ermitas. En cuanto al terreno, señala que «es de regular cantidad, con algunos trozos de huerta muy buenos que se fertilizan con las aguas del río Martín». La localidad producía sobre todo aceite, pero también seda, higos, vino, legumbres y hortalizas.
El siglo XIX trajo consigo la llegada del ferrocarril a Escatrón. Un primer paso fue la fundación en 1865 del Ferrocarril del Príncipe de Asturias, de Zaragoza a Escatrón, cuyo objetivo era unir por ferrocarril Zaragoza y Escatrón para dar salida al carbón de las cuencas mineras de Gargallo y Utrillas hacia el río Ebro. No obstante, los trabajos se paralizaron después de la finalización del tramo entre la capital aragonesa y La Puebla de Híjar (1879); la línea restante entre La Puebla de Híjar y el apartadero de Escatrón y Caspe, sólo se terminaría en octubre de 1893. Ello permitió más tarde a MZA una conexión entre Madrid y Barcelona por sus propias líneas, finalizándose el tramo entre Caspe y Samper de Calanda, donde estaba incluida la estación de Escatrón, el 1 de julio de 1894.
En el siglo XX, el levantamiento militar de 1936 tuvo consecuencias en Escatrón desde sus primeros días, ya que a mediados de agosto columnas provenientes de Barcelona entraron en la villa. Comenzaron experiencias colectivistas, quedando Escatrón bajo el mando del Consejo Regional de Defensa de Aragón. Avanzada ya la Guerra Civil, el 12 de marzo de 1938 el ejército de Franco tomó la villa.
A mediados del siglo XX se construyó en el municipio una central termoeléctrica y un ferrocarril minero con el fin de utilizar los lignitos de Andorra y Escucha, inaugurado en 1953 y que estuvo en funcionamiento hasta principios de la década de 1980. Paralelamente se erigió el Poblado, lo que implicó una profunda transformación urbana. La elección de Escatrón para la instalación de una central de estas características obedeció a las posibilidades de agua de la villa, necesaria en el funcionamiento de la misma. Después del cierre de la central, en 2006 se construyeron dos nuevas centrales de ciclo combinado.
http://www.escatron.es/
https://es.wikipedia.org/wiki/Escatr%C3%B3n
https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_Rueda
https://es.wikipedia.org/wiki/Escatr%C3%B3n
https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_Rueda
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