martes, 8 de octubre de 2019

Valderrobles (Teruel)

Valderrobles
Esta localidad turolense... tiene por armas heráldicas un escudo con divisa parlante, en campo de plata, de un roble en sinople de desarraigado y con la cifra de 1590, probablemente puesta por el constructor de la casa ayuntamiento para reseñar su término, pero que nada tiene que ver con su escudo.


Valderrobres (Vall de Roures en catalán)3 es una localidad y municipio español de la provincia de Teruel y capital administrativa de la comarca de Matarraña, en Aragón. Por Valderrobres pasa el río Matarraña.


Este pueblo figura en la lista de la asociación Los Pueblos más Bonitos de España. Superficie 124,04 km² Población 2342 hab. (2015)


Ayuntamiento
Posiblemente se construye bajo las órdenes del maestro Antonio de Champanyach dentro del estilo manierista y se termina en 1599, fecha que aparece esculpida en el escudo de la fachada. Este escudo tiene la peculiaridad de aportar por primera vez las figuras de dos grifós, un macho y una hembra, al tradicional escudo del roble que venía simbolizando a Valderrobres desde el siglo XIII.
En 1847 se le encarga a un pintor (posiblemente Jerónimo Palau) decorar la fachada con una pintura alegórica y en la que aun hoy en día, pese a su deterioro, puede leerse el emblema “paz, unión y libertad”.
En 1929 el edificio fue reproducido en el Pueblo Español de Barcelona. 
Puente de piedra
Difícilmente podría Valderrobres tener una entrada más espectacular que la que le brinda el impresionante puente medieval y el Portal de San Roque. Pieza fundamental de su arquitectura e imagen perfectamente reconocible allí donde se mencione nuestro pueblo.
La construcción del puente parece estar asociada a la de sus murallas, así que podríamos fechar el inicio de las obras para construirlo en torno a 1390, con la petición que el arzobispo García Fernández de Heredia hace ante el rey Juan I para construir dichas fortificaciones. Mucho más difícil seria afirmar con seguridad la fecha de su conclusión, seguramente a principios del siglo XV y estando Valderrobres bajo la prelatura de Dalmau de Mur, responsable también de las plantas más altas de nuestro castillo.
Se trata de un puente completamente medieval, de cuatro ojos,  extremadamente sólido y provisto de tajamares en forma de cuña pensados para protegerlo de fuertes riadas y evitar la acumulación de troncos. En el siglo XVI se asienta sobre su último tramo el Ayuntamiento, modificando por tanto el aspecto del puente en su tramo final al conectar con la plaza.
El puente atraviesa la antigua puerta principal de acceso al recinto amurallado. A finales del siglo XVI  este portal fue consagrado a San Roque, protector ante las epidemias y patrón de la población, quedando hoy en día como uno de los portales mejor conservados de todo el conjunto.


Portal de Vergós
En el entramado del Valderrobres medieval, los portales que atravesando sus murallas daban salida a la villa, eran una pieza fundamental.
Es muy posible que en el entorno de Valderrobres ya existiera un conjunto de murallas en tiempos de la Reconquista y que probablemente en la época del arzobispo Fernández de Heredia necesitara repararse o ampliarse en vistas del crecimiento de la población, para lo cual el prelado le pide un permiso a Juan I, para cobrar una sisa y con ese dinero fortificar nuevamente el pueblo.
Existían siete salidas en el trazado de dichas murallas, correspondiendo cada una a un camino de acceso que nos llevaría hasta alguno de los pueblos del alrededor. En el caso del Portal de Vergós, parece ser que se trataba de la salida que conducía hasta la vecina población de Torre del Compte.
Con el paso del tiempo, cada una de estas salidas fue santificada y puesta bajo la protección de un santo del panteón cristiano, quedando el portal que nos ocupa bajo los auspicios de la Inmaculada Conce

A finales del siglo XII, después de la Reconquista, una de las primeras cosas que construyeron los colonos que habitaron estas tierras fue una iglesia. Pero de ella no sabemos nada, aunque, dada la época, es muy posible que fuera de estilo románico, mucho más pequeña que la actual aunque eso sí, estaría construida en el mismo sitio que ésta. También sabemos que aguantó en pie bastante tiempo, hasta 1307 por lo menos, fecha en la que el Arzobispado de Zaragoza se hace con el control definitivo del territorio y entre otras cosas, empezaron a pensar en construir una iglesia mucho más grande que la que tenían y del estilo imperante en la época: el gótico. 

Las obras comenzaron alrededor de 1314 y continuaron hasta 1348. Este periodo abarca la prelatura de Pedro Lope de Luna como Arzobispo de Zaragoza, que debió ser el gran impulsor de la construcción durante esta etapa. Su escudo puede verse aun hoy sobre la puerta que da acceso a la tribuna del templo. La peste que a mediados del siglo XIV arrasó estos territorios obligaría a detener las obras de la iglesia a la altura del segundo tramo. La iglesia estaba muy avanzada, pero lejos de estar concluida. Hay que esperar a 1390 para reemprender la actividad. Son los tiempos de García Fernández de Heredia como Arzobispo de Zaragoza y su impulso legará a Valderrobres lo mejor de su patrimonio monumental.


Aunque no se puede descartar la existencia de una construcción anterior, la historia que podemos documentar del castillo de Valderrobres tiene sus inicios a finales del siglo XII, cuando coincidiendo con la Reconquista, se nos muestra como un torreón defensivo. 

En 1307, el arzobispo de Zaragoza se convierte definitivamente en señor feudal de estos territorios e impulsa la construcción del Valderrobres más monumental, empezando por la Iglesia gótica y parte de la planta baja del castillo. A partir de 1390, el arzobispo García Fernández de Heredia reemprende las obras transformando definitivamente la vieja torre defensiva en un palacio que le sirviera de residencia a él mismo y a los muchos señores que en aquella época pasaban por esta zona en sus viajes.

Ermita de los santos
La fecha en que se levantó esta ermita en honor a San Abdón y San Senén, aunque la mayoría de las informaciones disponibles apuntan a una fecha en torno a 1420.
Arquitectónicamente es difícil situarla en un estilo concreto,  más aun si tenemos en cuenta que a lo largo de su historia ha sufrido numerosos hundimientos y consecuentemente numerosas reconstrucciones como la de 1685, año que aparece grabado en la fachada, y en el que muy probablemente se añadió al templo la casa adosada que habitaba el ermitaño.
Dicho ermitaño no solo era el encargado de cuidar la ermita sino también de enseñar letras a los jóvenes habitantes de las masías de alrededor y tocar la campana en caso de tormenta o simplemente para señalar las horas, tradición que se mantuvo hasta los años 30 del siglo veinte.
Actualmente, el día grande de la ermita es el 19 de Agosto, cuando los habitantes de Valderrobres acuden hasta allí en romería para celebrar una comida campestre y participar en juegos de tradición popular muy arraigada.
La historia asociada a la localidad es muy antigua. En el término municipal de Valderrobres abundan los yacimientos arqueológicos, que entre otras cosas son testigos de la fuerte presencia íbera en estos territorios. El más destacado de todos es el de torre Gachero, donde aparecieron varias estelas sepulcrales, pertenecientes al siglo I o II antes de Cristo y que se conservan en el museo de Teruel

La reconquista de Valderrobres se produjo entre los años 1165 y 1170, siendo fruto de la colaboración entre el rey Alfonso II de Aragón y diversas órdenes militares. Acabada la reconquista, Alfonso II en su documento de donación al arzobispado de Zaragoza, llama al valle en el que hoy se asienta Valderrobres “Valle de la peña Aznar Lagaya” definiendo con ella todo el territorio.

Cortes de 1429
Entre los meses de octubre y diciembre del año 1429 Valderrobres albergó sesiones de Cortes del Reino de Aragón, presididas por Alfonso V. La cita fue excepcional, ya que estos actos solían celebrarse en villas de realengo, pero la necesidad de buscar un lugar cercano a las fronteras con Cataluña y Valencia, donde también se celebraban reuniones similares, posibilitó este importante evento. La mayoría de las reuniones tuvieron lugar en el interior de la iglesia (por su amplitud), pero las reuniones de los estamentos sociales se celebraron en el castillo y en la casa de Gabriel Fuster.
Sublevación de Cataluña (1640)
Hacia la mitad del siglo XVI Valderrobres vivió uno de los momentos más duros de su historia, ya que debido a la Sublevación de Cataluña en 1640 (apoyada por Francia) se convirtió en zona de frontera, donde se refugiaron catalanes que huyeron del conflicto, pero donde se asentaron las tropas reales, lo que propició los ataques de los ejércitos franco-catalanes, que llegaron hasta Fuentespalda. La guerra a su vez provocó grandes pérdidas económicas (por confiscación de bienes) y fuertes epidemias (con la última gran epidemia de peste bubónica).

Sínodo diocesano en 1656
Entre los meses de marzo y abril de 1656, Valderrobres albergó el Sínodo Diocesano de arzobispo de Zaragoza que fue un encuentro presidido por el arzobispo Fray Juan Cebrián y al que asistieron todos los altos cargos del arzobispado y de la Seo de Zaragoza, además de los cabildos de las colegiatas y muchísimos clérigos. Las reuniones se celebraron en el interior de la iglesia, mientras que los asistentes más importantes se hospedaron en el castillo y el resto en el palau, el hospital y otras viviendas particulares. Las sesiones sirvieron para aprobar entre otras cosas las constituciones sinodales.

Guerras Carlistas
Valderrobres y la comarca del Matarraña vivieron con mucha intensidad el conflicto carlista, tanto por la fragmentación social que había como por la intervención de tropas ajenas al territorio, especialmente durante la primera guerra carlista (1833-1840). El pueblo cambió varias veces de manos y los muertos se multiplicaron. La presencia de los mandos militares fue habitual, siendo aquí, donde el general Ramón Cabrera se enteró de la ejecución de su madre, juró venganza y ordenó una represalia ejemplar, que finalmente quedó rebajada al fusilamiento de tres mujeres en el huerto del Martinete.

Revolución anarquista en 1933
El anarquismo arraigó con mucha fuerza en Valderrobres y la comarca del Matarraña. Tanto es así que el 8 de diciembre de 1933, tras conocerse los resultados electorales de noviembre confluyeron en la localidad cientos de anarquistas de toda la zona, que neutralizaron a las autoridades, quemaron los archivos, proclamaron la revolución y colocaron la bandera roja y negra en la Casa Consistorial, tras lo cual intentaron asaltar e incendiar el cuartel de la Guardia Civil. Los incidentes finalizaron con la llegada del Regimiento "Almansa" y la detención de los miembros del Comité Comarcal.










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