Blecua y Torres es un municipio español de la Hoya de Huesca, en la provincia de Huesca (Aragón, España). Fue formado por la fusión de los municipios de Blecua y Torres de Montes en 1969. Tiene un área de 36,2 km² con una población de 188 habitantes (INE 2022).
Blecua se unió a Torres de Montes (1960 – 1970) para formar el nuevo municipio de Blecua y Torres con capitalidad en Blecua.
La ermita de Santa Ana se construyó reutilizando una antigua torre de cronología andalusí asentada sobre una plataforma de arenisca a la que se accedía a través de una escalera tallada en la roca en el lado meridional. La torre formaba parte de un pequeño recinto fortificado que se adaptó a una superficie rocosa, de unos 30 m de eje este-oeste por unos 15 m de eje norte-sur, en la que gracias a las excavaciones arqueológicas fueron descubiertos restos de estancias, habitaciones, agujeros de poste, silos, canalizaciones y un gran aljibe para la recogida de las aguas de lluvia.
La reforma románica, de finales del siglo XII o comienzos del XIII, consistió en la construcción de un pequeño templo de planta rectangular irregular, ya que se reutiliza el cuerpo inferior de la torre, de cabecera plana al exterior orientada al este y portada abierta en arco de medio punto enmarcado con moldura en resalte y con dovelas lisas en el muro oeste. Sobre la portada se conserva un crismón trinitario de tipo oscense. En el interior nos encontramos con una pequeña nave cubierta por bóveda de cañón dividida en dos tramos mediante un arco fajón que apea en columnas provistas de capiteles y basas, el presbiterio con bóveda de cañón y la cabecera cubierta con bóveda de cuarto de esfera. Una imposta biselada a la altura de los capiteles recorre cabecera y laterales de la nave. En los paramentos se abrieron cuatro vanos en arco de medio punto, uno en cada muro.
Los laterales exteriores norte y sur de la torre fueron rehechos en la restauración ocultando casi la totalidad de la fábrica original de la fortaleza andalusí realizada con sillares y paños de tapial. La fábrica románica conserva en sus sillares numerosas marcas de cantero.
Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora
En el núcleo de Blecua se encuentra este edificio de origen románico del siglo XIII que fue reformado a lo largo de los siglos XVIIy XVIII.
La fábrica última, que es la actual, presenta sillería en alacetes y zócalo, ladrillo en cadenas e hiladas y tapial enlucido de cemento en el resto.
Es de planta de cruz latina con capillas en los lados. Se cubre con bóveda de lunetos la capilla mayor y los brazos del crucero, existiendo sobre éste bóveda vaída, y de cañón ligeramente apuntada en el resto. Tiene coro, en alto, a los pies, sobre plana. Su acceso es bajo arco de medio punto muy sencillo, estando protegido por un pórtico que se abre al frente mediante arco de medio punto. Debió de existir una portada al sur, junto a la torre, a juzgar por los restos existentes y un pilar de sección poligonal que lleva inscrita la fecha de 1660.
Su torre, se sitúa al lado de la Epístola y consta de un primer cuerpo de sillería y los otros tres son de ladrillo, siendo el primero de planta cuadrada y el último de trazado octogonal con pilastras adosadas en las aristas, rematándose con un capitel semiesférico de buena construcción en ladrillo.
Se conserva en su interior una gran pila bautismal de piedra avenerada y tallada con acanaladuras cóncavas y convexas alternando, además de tener inscrita la fecha de 1650. Posee dos retablos modernos, muy bien trabajados en yeso, formados por cuatro columnas estriadas que sostienen dos arcos.
Es de destacar en esta edificación todos sus aleros que circundan sus fachadas y en los que descansan las cubiertas, construidos con hiladas dobles de ladrillos triscados en esquinilla, que al llegar a las esquinas hacen unas tornapuntas de muy cuidada construcción.
Ermita de San Gregorio
San Gregorio es el patrón de las fiestas pequeñas de Blecua, que con cruz alzada y bandera, han acudido tradicionalmente en romería, la cual se efectuaba después de una novena y de haberse desplazado solamente los hombres el día anterior al Pueyo de Barbastro, donde solamente los hombres cantaban la Salve a la Virgen.
Tradicionalmente desde este edificio se exconjuraban las tormentas para que no descargaran el pedrisco sobre las viñas, existiendo la creencia popular de que en cada bola de granizo en su interior va incluido un pelo de bruja. De aquí que Santa Bárbara, protectora de las tormentas, ocupe un lugar dentro de este recinto.
Se trata de un edificio documentado a mediados del siglo XVIII, que ha sufrido los avatares de cada época, habiendo sido remozado y arreglado en épocas pasadas. Recientemente, su tejado se encontraba en estado preocupante y, aprovechando este arreglo, fue consolidado todo el edificio.
Se alza a media hora a pie sobre una colina, es obra de sillares en esquinazos y estribos, con muros de tapial. Consta de una sola nave de tres tramos, separados por dos arcos de diafragma apuntados, obra que en un principio casi apunta a finales del siglo XVII. Tiene su ingreso al interior mediante arco de medio punto compuesto por ocho dovelas y clave lisas de piedra. En su presbiterio, a ambos lados, hay un banco corrido de piedra adosado al muro para el Concejo.
Cubre aguas mediante cubierta de teja de cerámica tradicional que descansa en un forjado de maderos
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