sábado, 11 de marzo de 2023

HUESCA - Aragón


Huesca desde el aire

La primera vez que aparece el nombre de la ciudad es como Bolskan (signario íbero: Bolskan.svg), gracias a las monedas acuñadas de la época se puede ver el nombre de la ciudad íbera. Tras el proceso de latinización el nombre cambia por Osca, de donde procede el actual gentilicio, oscense. No hay consenso sobre si Osca deriva de Bolskan o bien no tiene nada que ver. Ramón Menéndez Pidal opinaba que el nombre Ŏsca deriva de los oscos, antiguo pueblo de la península itálica. El nombre durante la dominación árabe eswašqa(t), que indicaría la diptongación de la Ŏ latina, característica del romance aragonés. Posteriormente con la conquista por los cristianos se recuperó el nombre latino en los documentos, si bien en romance ya se le daría seguramente el nombre actual.


Ayuntamiento


Catedral de la Transfiguración del Señor

El proyecto de edificación de la catedral de Huesca se inició en tiempos de Jaime I de Aragón (1213-1276); algo tardío, si se compara con otras iglesias de la zona, que datan del románico. Esto se debe a que en Huesca se ofició el culto cristiano utilizando durante casi dos siglos el edificio de la mezquita aljama hasta finales del siglo XIII.

En 1273, recién consagrado como obispo de Huesca Jaime Sarroca (sobrino de Jaime I),5​ el rey consideró indecorosa la celebración del culto cristiano en la mezquita musulmana, por lo que en 1273 propuso la construcción de una nueva catedral en el estilo gótico creciente en Europa sobre la vieja mezquita. De esta última solo queda un arco de herradura en la zona de claustros, posible entrada a la torre alminar de la mezquita aljama. Sin embargo, diversos litigios demoraron el comienzo de las obras hasta 1294. El diseño inicial proponía una construcción de tres naves, con cinco capillas en la cabecera y transepto.

Basílica de San Lorenzo
Templo barroco de la ciudad de Huesca construido entre 1608 y 1703. Fue edificada sobre un antiguo templo románico, que fue posteriormente ampliado en el siglo XIV en estilo gótico durante el reinado de Jaime II de Aragón. Se encuentra en la Plaza de San Lorenzo, en lo que fue la morería o barrio aljama de la ciudad, en extramuros. Está dedicada al santo patrón de la ciudad, ya que, según la tradición, era aquí dónde vivían sus progenitores.

Casino

El edificio del Círculo Oscense es una de las muestras más importantes del Modernismo en Huesca y además, gracias a su construcción, se generó la plaza de Navarra, vital para el desarrollo urbanístico de la ciudad.


En la actualidad se conoce como el Casino, pero en sus orígenes se concibió como el Círculo Oscense, que iba a ser la sede de un club social, fundado en 1877, con ideología liberal.


Fuente de las musas

El 20 de marzo de 1881 Isidro Plou propuso al Ayuntamiento de Huesca acometer, mediante concesión, una traída de aguas potables desde el Manantial de San Julián de Banzo. El Ayuntamiento aceptó la propuesta, de tal manera que la concesión se le otorgó el 17 de septiembre de 1882, aunque Plou la traspasó el 28 de febrero de 1883 al banquero Rigoberto Albors, que se asoció con el empresario Enrique Blondeau. Tanto la propuesta inicial como el contrato de concesión incluían una cláusula por la cual el concesionario tenía la obligación de sufragar una fuente monumental cuyo coste no excediera de 5.000 pesetas. Las obras de la traída de aguas se acometieron entre 1883 y 1887, pero ya a principios de 1885 el Ayuntamiento consideró necesario instalar la fuente monumental, que decidió ubicar en la Plaza de Zaragoza. Había sido comprada por Enrique Blondeau, que llevaba el peso del proyecto, a una de las más prestigiosas e internacionales fundiciones artísticas francesas, la de Antoine Durenne,  Blondeau, que era de origen francés, la había adquirido mediante catálogo por 6.500 pesetas,  el Ayuntamiento acabó reembolsándole el resto. Para poder instalar la fuente, el Ayuntamiento encargó al arquitecto municipal, el 10 de noviembre de 1885 el Ayuntamiento dio por recibida la fuente, que entró oficialmente en servicio.

Las Pajaritas de Ramón Acín, en el Parque Miguel Servet.

Monasterio de San Pedro el Viejo
Claustro del monasterio

La Iglesia de San Pedro El Viejo se sitúa en el casco antiguo de la ciudad. En sus orígenes -según fuentes arqueológicas- fue templo romano, posteriormente visigodo, luego mozárabe y finalmente románico. (Esta secuencia es constante en lugares de culto habitados por sucesivas culturas: Cada vencedor destruye el lugar de culto anterior y honra a los nuevos dioses).
Según la bula del papa Pascual II, de 25-Mayo-1107. "la antigua iglesia de San Pedro con su cementerio, era la única que había subsistido en la ciudad de Huesca, habiendo dispuesto de ella los cristianos durante la dominación musulmana" (Durán Gudiol. Iglesias y Procesiones. 1994)




Castillo de Montearagón
está ubicado en la cima de un monte redondo y elevado llamado monte Aragón que dio nombre al castillo-abadía. Fue concebido como un conjunto arquitectónico fortificado, compuesto de castillo con viviendas militares intramuros y además albergó en su interior una rica iglesia y monasterio real. Fue fundado y construido por Sancho Ramírez de Aragón en estilo románico, su residencia y lugar de cortes hasta su muerte, acaecida en la toma de Huesca. La abadía canónica bajo el nombre de abadía de Jesús de Nazaret de Montearagón estuvo siempre bajo la regla de san Agustín y con el patronazgo real fue uno de los monasterios más notables de la Edad Media. En el siglo XII ciento cuatro iglesias y villas estaban bajo su jurisdicción. Sus monjes tenían escaño en las cortes del reino de Aragón.

La función militar del castillo concluyó entre la toma de Huesca y el fin de las guerras hispano-árabes en la península pero la del abadiato continuó por cerca de 750 años.

Escudo de Huesca
El escudo actual nació en el siglo XVI para sustituir al anterior creado en el siglo XIIIi.​ Se compone de un jinete lancero y el lema del municipio romano (Urbs Victrix Osca ―Huesca, Ciudad Vencedora―), abreviado como VV Osca. El fondo es de azur y el jinete de color blanco va armado con una lanza en su mano derecha y montado sobre un caballo rampante de plata. La corona real, abierta y sin diademas que es un círculo de oro, engastado de piedras preciosas, compuesto de ocho florones, visibles cinco, interpolados de perlas. El todo rodeado por dos ramas una de palma de oro y otra de laurel.

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Los primeros asentamientos de la ciudad datan del año 4000 a. C.: se encontró cerámica y sílex de cronología neolítica. Después de la revolución neolítica se asentaron en los alrededores pequeños grupos humanos. Está documentada la existencia de un poblado o campamento, quizá ya de carácter estable, perteneciente a la Edad del Bronce, entre el 1800 y el 1500 a. C. Estaba formado por varios fondos de cabañas de planta ovalada, hechas de barro, madera y paja, con abundantes y variados restos de cerámica.

También están documentadas casas de piedra de planta rectangular y restos cerámicos del 400 a. C. aproximadamente.

Se ha encontrado la necrópolis más antigua descubierta en Huesca, que estuvo en uso unos cinco siglos, desde el año 400 a. C. (en plena Edad del Hierro) hasta el 100 d. C.. Se trataba ―como era habitual en este periodo― de un cementerio de incineración, en el que las cenizas del difunto, después de la cremación, se depositaban en pequeñas urnas de cerámica.

Bolskan fue una ciudad celtíbera ubicada en territorio de los ilergetes relacionados con los habitantes de Ilerda (la actual Lérida), en el mismo solar que ocupa actualmente la ciudad. El territorio fue ocupado por los suessetanos antes que los romanos. Acuñó abundante moneda, en cuyo anverso aparece el nombre de la ciudad en lengua íbera y un jinete. Entre el siglo ii y el i a. C. fue la ceca que más moneda emitió de toda Hispania.​

Edad Antigua

Hacia el 179 a. C., el pretor romano Aulo Terencio Varrón conquistó la ciudad de Bolskan. Los romanos respetaron el poblado, si bien le «simplificaron» el nombre, de Bolskan a Osca.

Bajo dominio romano, la ciudad acuñó monedas de plata y bronce con escritura ibérica, en las que su nombre aparece como Bolskan. Son cuatro tipos de moneda: denarios de plata y ases, semis y cuadrantes de bronce. En los anversos figura la cabeza de un hombre. En el reverso figura, además del nombre de la ciudad, un jinete con lanza, un caballo alado y un caballo. Fue elegida como lugar de residencia y centro de operaciones de Quinto Sertorio, quien estableció un senado de 300 miembros y creó la ya mencionada Academia de Latinidad, de la cual se considera descendiente la Universidad Sertoriana de Huesca. Quinto Sertorio hizo de Osca la capital de los territorios de Hispania que dominó durante las guerras civiles de la República romana. La ceca emitió durante las guerras una gran cantidad de denarios de plata bajo el nombre de Bolskan.

Perteneció a las provincias Citerior, Celtiberia y Tarraconense.

En el 30 a. C. Osca adquirió la condición privilegiada de municipio romano, con la que todos sus habitantes pasaban a ser ciudadanos romanos de pleno derecho. La ciudad se gobernó desde entonces con dos magistrados anuales, los duunviros. El título oficial del municipio era Urbs Victrix (en español: ‘ciudad victoriosa’).

El cristianismo llegó gradualmente a la ciudad entre el siglo I y el siglo IV y en el 258 en Roma, San Lorenzo sufrió el martirio por lo que se declaró patrón de Huesca y entre el año 303 y el año 304 san Vicente también sufrió otro martirio en Valencia por lo que se declaró segundo patrón de la ciudad. En el año 420 Siagrio fue nombrado obispo de Huesca, el primer cristiano que se conoce.

Edad Media

Del Reino visigodo a la Wasqa musulmana

En 476 con la desaparición del Imperio romano de Occidente, Osca pasó a formar parte del reino visigodo y en 598 se realizó un Concilio de los obispos de la provincia Tarraconense. Bajo los visigodos la ciudad fue erigida como obispado, sufragánea de la Archidiócesis de Tarragona. En 673 el rey visigodo Wamba se hospedó en Osca para sofocar la revuelta del duque Paulo.

La ciudad fue conquistada por los árabes en el año 719 bajo pacto o capitulación y fue una de las ciudades más septentrionales de Al-Ándalus. El nombre de Osca se transformó a Wasqa y durante los siglos que estuvieron los árabes la sociedad se islamizó, la lengua —tanto hablada como escrita— fue el árabe donde hay ejemplos cercanos de los nombres de dos ríos cercanos a la ciudad: el Guatizalema y el Alcanadre. Los Banu Salama dominaron las tierras oscenses durante el siglo VIII hasta que un grupo de muladíes destruyeron su poder. Los mozárabes se mantuvieron fieles en la iglesia de San Pedro. Se desconoce si en esa época existía una comunidad judía en la ciudad. En 797 fracasó un primer ataque contra la ciudad, comandado por Luis, el hijo de Carlomagno y su futuro sucesor como Luis el Piadoso. En 799, según los Anales del Reino de los Francos, el gobernador de Wasqa entregó a Carlomagno las llaves de la ciudad, en señal de su sumisión. El dominio franco, sin embargo, no se hizo efectivo, y en los años 801, 811 y 812 fracasaron tres nuevos ataques carolingios contra la ciudad.

Durante los siglos VIII y XI se construyó la mezquita de Wasqa en el emplazamiento de la actual catedral. Actualmente casi no quedan restos de la antigua mezquita salvo algunos arcos de herradura. A partir del 875 el emir Muhammad I ordenó al gobernador de Wasqa que amurallase la ciudad y los arrabales para que se evitasen los ataques cristianos que cada vez había con mayor frecuencia. Las murallas árabes formaban un recinto ovalado de casi dos kilómetros de longitud, con alrededor de noventa torres y cuatro puertas principales, orientadas a los cuatro puntos cardinales.

Tras la desaparición del califato de Córdoba, Wasqa formó parte de la taifa de Zaragoza, gobernada sucesivamente por las dinastías tuyibí y hudí. Lubb ben Hud, que gobernó en Wasqa, acuñó monedas de oro de baja ley, con inscripciones árabes y el nombre de la ciudad. Fue la única moneda de oro acuñada en Huesca a lo largo de su historia.

Sancho Ramírez, el segundo rey de Aragón, construyó Montearagón, un gran castillo a pocos kilómetros de Wasqa, con objeto de preparar su conquista. En su interior se levantó una iglesia. La construcción de la fortaleza estuvo cargada de simbolismo: erigido en tierras que aún eran musulmanas. En el año 1094 el rey Sancho Ramírez murió ante las murallas de Huesca en un intento de conquistar la ciudad, al recibir un flechazo, siendo tomada finalmente por su hijo Pedro I de Aragón en 1096, que derrotó a Al-Musta'in II de Zaragoza en la batalla del Alcoraz.

El 7 de septiembre de 1134 murió Alfonso I el Batallador a consecuencia de las heridas recibidas durante el combate en la aldea de Poleñino y fue sepultado en la abadía de Montearagón. En 1135 ocurrieron los hechos que dieron lugar a la leyenda de la Campana de Huesca. El rey Ramiro II de Aragón, según la leyenda, decapitó a doce nobles que se le opusieron. Ramiro II murió en la ciudad en agosto de 1157 y fue enterrado en el monasterio de San Pedro el Viejo . El 29 de junio de 1136 nació Petronila de Aragón, hija de Ramiro II e Inés de Poitou, futura reina de Aragón y condesa de Barcelona. En 1155 el rey Luis VII de Francia pasó por Huesca en su peregrinación hacia Santiago de Compostela con el fin además de visitar al rey Alfonso VII de Castilla, con cuya hija se había casado tras su célebre divorcio de Leonor de Aquitania.

El día 12 de mayo de 1191 fue firmada la Liga de Huesca entre los representantes de los reyes Alfonso II de Aragón, Sancho VI de Navarra, Alfonso IX de León y Sancho I de Portugal con el propósito de hacer la guerra al reino de Castilla, donde reinaba Alfonso VIII de Castilla.​

En 1273 comenzó la construcción de la actual catedral ya que en ese momento se alcanzaron los 8000 habitantes, el máximo demográfico medieval de la ciudad. Durante el siglo xiii experimentó un considerable desarrollo agropecuario. En el siglo XIV el rey Pedro IV fundó la más importante Universidad de Aragón, "descendiente" de la antigua Universidad Sertoriana.

La peste negra de 1348 causó estragos en la ciudad y la población menguó de los 8000 a finales del siglo xiii hasta los 4000 en el siglo xv. Una causa de esta crisis fue el paro de la construcción de la catedral. En el año 1349 se prohibió por ordenanza municipal el uso del hebreo, del árabe y del vascuence en el mercado de la ciudad imponiendo así el idioma romance de la época, el aragonés.

Entre 1357 y 1359 se produjo una guerra entre Castilla y Aragón. Durante la primera fase de la Guerra de los dos Pedros, que enfrentó a los reyes Pedro IV de Aragón y Pedro I de Castilla, se emprendieron en Huesca, ante la amenaza de un ataque castellano, importantes obras. Fueron devueltas a las murallas, por última vez, todo su potencial defensivo. Se derribaron las construcciones cercanas a muros y torres, lo que significó la desaparición de la primera iglesia de los franciscanos oscenses y de parte de la judería, y se realizaron trabajos de reparación.

En 1461 el Concejo se estableció en una nueva sede en la plaza de la Catedral (las Casas de la Ciudad), en la que sigue hoy. De ese momento inicial se conservan el patio y el salón del justicia ―dos grandes salas superpuestas con techumbres de madera. En los siglos xvi y xvii las autoridades municipales acometieron diversas obras en el edificio (escalera monumental, antiguo salón de plenos, fachada de ladrillo), que terminaron dándole el aspecto que tiene en la actualidad. Entre 1463 y 1465 se produjo la refundación definitiva de la Universidad de Huesca. La ciudad contó con el apoyo del rey Juan II. La Universidad de Huesca, a diferencia de lo ocurrido en el siglo anterior, esta vez sí obtuvo la aprobación pontificia (bula del papa Paulo II) y financiación económica, aportada por la diócesis oscense.

Edad Moderna

En 1515 fue terminada la construcción de la catedral durante el largo obispado de Juan de Aragón y Navarra. La nave central y el crucero se cubrieron con bóvedas de piedra, tras aumentar su altura que hasta entonces eran de madera.

Durante el siglo xvi y el siglo xvii la ciudad empezó a resurgir culturalmente y demográficamente, se consolidó definitivamente la Universidad de Huesca en una sede permanente, se alcanzó un acuerdo en 1513 para que la Universidad se instalase en el antiguo palacio real y también fueron fundados los primeros colegios, entre los que destacan los de Santiago y San Vicente. En 1571 se disgregó la diócesis de Huesca-Jaca en tres obispados; Huesca, Jaca y Barbastro. La imprenta llegó a la ciudad en 1575 gracias a la propia Universidad y un año después se publicó el primer libro basado en los comentarios en latín a la lógica y la dialéctica de Aristóteles.

El siglo XVII hizo llegar a la mayor brillantez cultural; se construyeron algunos de los principales monumentos de la ciudad como las iglesias de San Lorenzo y Santo Domingo, el edificio octogonal de la Universidad o la presa de Arguis. También hubo en ese siglo grandes personajes como Vincencio Juan de Lastanosa, mecenas de Baltasar Gracián y Francisco de Artiga.

El siglo XVIII comenzó con la guerra de sucesión. Felipe V abolió el antiguo concejo oscense, nacido en la Edad Media, que estaba presidido por el justicia de Huesca y el prior de jurados y lo sustituyó por un ayuntamiento similar a los castellanos, a cuyo frente estaban un corregidor, por lo general militar, y doce regidores oscenses fieles a los Borbones. Tras la guerra se acuartelaron tropas de forma regular en cuarteles permanentes y se recaudaron impuestos más severos. La Universidad vivió un periodo brillante: cientos de estudiantes catalanes acudieron a ella, al haber sido cerradas las universidades de Cataluña por los Decretos de Nueva Planta.

Siglo XIX

La Guerra de la Independencia Española en Huesca se sucedió con el asesinato en junio de 1808 el coronel Antonio Clavería, corregidor. Durante los Sitios, fuerzas oscenses participaron en la defensa de Zaragoza. El periodo de dominio francés en la ciudad se extendió de 1809 a 1813. La ciudad fue constituida como capital de provincia durante la división provincial de 1833.

Batalla de Huesca (1837) durante la Primera Guerra Carlista

Durante la Primera Guerra Carlista tuvo lugar una batalla ante la ciudad entre las tropas isabelinas y las carlistas de la Expedición Real que se dirigió de Navarra a Cataluña y que acabaron de ocupar la ciudad. Los carlistas vencieron al general Iribarren que murió a resultas de sus heridas durante la batalla.

En 1845 desapareció la Universidad de Huesca, cinco siglos después de su fundación. En el mismo edificio se creó el actual Museo de Huesca. Durante la desamortización Huesca perdió, como las demás ciudades españolas, su carácter conventual. Desaparecieron muchos conventos masculinos, recibiendo sus edificios y solares para usos civiles: Diputación Provincial, cárcel y manicomio. El castillo de Montearagón se abandonó y las tumbas de Alfonso I el Batallador y el abad Fernando fueron a la iglesia de San Pedro el Viejo. En 1848 el republicano oscense Manuel Abad y seis de sus compañeros fueron fusilados en Huesca, tras los acontecimientos revolucionarios de ese año. En 1864 llegó por primera vez el ferrocarril a la ciudad.

Siglo XX

Huesca superó por primera vez los 10 000 habitantes a comienzos del siglo XX. El escritor Ramón J. Sender fue durante estos años redactor del periódico oscense La Tierra y su hermano Manuel Sender, que fue alcalde de Huesca durante la II República donde murió fusilado al comienzo de la Guerra Civil.

En el primer tercio de este siglo se construyeron los principales monumentos como el casino, una de las principales obras del modernismo oscense, la plaza de toros, en el mismo lugar donde estaban desde el medievo, el Campo del Toro, un gran edificio rectangular dedicado igualmente a espectáculos taurinos o la creación del parque municipal Miguel Servet, el pulmón de la ciudad, en el mismo espacio que ocuparon en el siglo xvii los jardines de Lastanosa. También se crea en 1933 Radio Huesca.

Durante la Guerra Civil Española, la ciudad de Huesca se alzó en 1936 contra la República y fue cercada por el ejército republicano, mientras que el frente se estabilizó en el río Gállego y la Ofensiva de Huesca. En marzo de 1938 el frente aragonés se hundió y la ciudad fue liberada del cerco a la cual estaba siendo sometida. Al finalizar la guerra, la Dirección General de Regiones Devastadas creada por el régimen de Franco reconstruyó Banariés, Huerrios, Banastás, Igriés y Lascasas (las dos primeras poblaciones son en la actualidad núcleos de población del municipio de Huesca).

En 1949 se fundó el Instituto de Estudios Oscenses (desde 1977 Instituto de Estudios Altoaragoneses). Pertenece a la Diputación Provincial de Huesca, se encargó de editar gran número de publicaciones y realizó actividades de investigación y difusión sobre la cultura altoaragonesa.

Desde la posguerra hasta mediados de los años 1970 Huesca duplicó su población a causa sobre todo del éxodo rural lo que hizo que su espacio urbano aumentara considerablemente.

En 1979 se celebraron las primera elecciones democráticas y el primer ayuntamiento democrático fue de UCD. Desde entonces ha habido alcaldes del PSOE, PAR y PP. También ha habido grandes acontecimientos deportivos y culturales como en 1983, cuando el CB Peñas Huesca militó en la liga ACB o en 2007, cuando la SD Huesca llegó a Segunda división de fútbol. Otros hechos fueron la creación de la comarca la Hoya de Huesca, el nacimiento del Diario del Altoaragón, la apertura de la línea AVE Huesca-Madrid o la creación del aeropuerto de Huesca.

Leyendas

La Campana de Huesca es una leyenda famosa muy conocida por la ciudad. Según cuenta la Crónica de San Juan de la Peña (siglo XIV), estando Ramiro II preocupado por la desobediencia de sus nobles mandó un mensajero a su antiguo maestro, el abad de San Ponce de Tomeras, pidiéndole consejo. Este llevó al mensajero al huerto y cortó unas coles, las que sobresalían más e hizo repetirlo
con los nobles. Ramiro II hizo llamar a los principales nobles para que vinieran a Huesca, con la excusa de hacer una campana que se oyera en todo el reino. Una vez allí, hizo cortar la cabeza a los nobles más culpables, sofocando la revuelta.​

La forma popular desarrolla algo más el hecho: el rey convocó Cortes e hizo venir a todos los nobles del reino para que vieran una campana que se oiría en todo el reino. A los rebeldes los hizo entrar de uno en uno en la sala y fue decapitándolos según iban entrando. Una vez muertos, los colocó en círculo y la del obispo de Huesca, el más rebelde, lo colocó en el centro como badajo. Luego dejó entrar a los demás para que escarmentaran.

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