jueves, 9 de marzo de 2023

Mora de Rubielos (Teruel) Aragón

Panorámica de Mora de Rubielos y su castillo.

Panorámica de Mora de Rubielos y su castillo.
Durante la Edad Media, el territorio de Mora fue reconquistado por las tropas de Alfonso II el Casto, siendo hasta la toma de Rubielos en 1204 la posición más avanzada de las fuerzas cristianas frente a los musulmanes del Reino de Valencia. Posteriormente, fue objeto de sucesivas donaciones y ventas; en 1198 Pedro Ladrón recibió la villa y el castillo de manos de Pedro II, pero su sucesor Jaime I la incluyó en la baronía de Jérica, donándola a su hijo natural Don Jaime.

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Ex-Colegiata de Santa María, templo gótico del siglo XV.
El edificio se sitúa al pie del castillo, junto al principal espacio público (plaza de la Iglesia) de la Villa Vieja. Es el ejemplo más grandioso del grupo de iglesias aragonesas con planta de una nave y capillas hornacinas. Esta amplísima nave tiene treinta y seis metros de longitud, veintiuno de altura y diecinueve de ancho;" siendo después de Gerona, el segundo templo de nave más ancha de España. Su cabecera es de triple ábside poligonal de cinco lados, siendo mayor el central, con contrafuertes exteriores. Estos ábsides son más pequeños que la nave, por lo que se abren en el muro oriental que cierra la nave a modo de tres capillas mediante arcos apuntados. 


Castillo Palacio de los Fernández de Heredia.
Es un gran edificio de la arquitectura militar y palaciega de finales de siglo XIV. Fue residencia de los Fernández de Heredia hasta el año 1614, cuando lo cedieron a los monjes franciscanos, quienes permanecieron en la fortaleza hasta 1835, por la exclaustración de Mendizábal. En la actualidad alberga el museo Etnológico, una biblioteca y es sede en verano, del festival Puerta al Mediterráneo. Respecto a su estructura, sorprende por su gran magnitud y destaca por combinar, en estilo gótico, elementos asociados a las construcciones fortificadas, como torreones, saeteras, troneras, matacán y adarve, con formas arquitectónicas asociadas a palacios y residencias, como la disposición de las diversas estancias en torno a un patio central.


Ayuntamiento




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Escudo de armas de Mora de Rubielos
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Durante la Edad Media, el territorio de Mora fue reconquistado por las tropas de Alfonso II el Casto, siendo hasta la toma de Rubielos en 1204 la posición más avanzada de las fuerzas cristianas frente a los musulmanes del Reino de Valencia. Posteriormente, fue objeto de sucesivas donaciones y ventas; en 1198 Pedro Ladrón recibió la villa y el castillo de manos de Pedro II, pero su sucesor Jaime I la incluyó en la baronía de Jérica, donándola a su hijo natural Don Jaime.

Mora fue ocupada por las tropas castellanas en la guerra de los dos Pedros pero volvió a manos aragonesas en 1364, recibiendo un privilegio de Pedro IV por el que se comprometía a no separarla de la corona. Tal privilegio no fue tenido en cuenta, siendo la villa y castillo vendidos al vizconde de Cardona, Don Hugo, quien, a su vez, los vendió a Don Blasco Fernández de Heredia en 1367. Finalmente, el linaje de los Fernández de Heredia se instaló en la población y un amplio territorio bajo la fórmula de Señorío, fundado por el Gran Maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén Juan Fernández de Heredia. ​En esta localidad estuvo instalada una aduana para la recaudación de impuestos sobre el comercio con Valencia.

A fines del siglo XV los Fernández de Heredia elevaron a Mora con el título de Marquesado y tras la Guerra de Sucesión, como partidaria de Felipe V de Borbón, recibió el título de «Fidelísima» y la flor de lis en su escudo.

Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, describe la localidad «dividida en dos partes, llamada una Villa nueva y la otra Villa Vieja, a las cuales separa un pequeño arroyo o barranco; se compone de unas 500 casas de regular construcción, siendo muy notable la del ayuntamiento». En cuanto a su economía, destaca la producción de trigo, maíz, judías, patatas, cebollas y verduras, así como la existencia de ganado lanar. Menciona también la fabricación de bayetas de color café y cómo en el pasado se tejían sayales para las comunidades religiosas, pero que la extinción de éstas había acabado con dicha industria empobreciendo la villa.

Aunque la Guerra de la Independencia y las Guerras Carlistas dejaron huella en Mora, el mayor protagonismo de la villa tuvo lugar durante la Guerra Civil. En una fase de la batalla de Teruel (1937-1938), tras la caída de Andorra y Alcañiz, Mora de Rubielos quedó como capital de la zona republicana. ​Previamente, un episodio de insubordinación en esta villa se había saldado con el fusilamiento de más de 50 hombres de la 84.ª Brigada Mixta (20 de enero de 1938). Para mayo de 1938, el territorio de dominio republicano en la provincia era defendido por un conjunto de las líneas escalonadas de unos cien kilómetros de extensión conocidas como el «Gran Arco de Mora de Rubielos». Conforme avanzó la contienda, Mora cayó en una situación comprometida por el avance del Ejército de Franco —quedando dentro de la denominada «Bolsa de Mora de Rubielos»— hasta que finalmente, el 16 de julio, las tropas del General Varela rompieron el frente a la altura de esta localidad. ​El parte de guerra del bando "nacional" así lo reflejaba: «en el frente de Teruel han llevado a cabo nuestras tropas hoy un profundo... avance en un frente de más de treinta y cinco kilómetros, habiéndose ocupado y rebasado, además de muchas posiciones de gran importancia, el pueblo de Mora de Rubielos». ​Durante unos días el cuartel general del General Franco estuvo en la localidad.

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