Aguilar del Alfambra es una localidad y municipio de la comarca Comunidad de Teruel en la provincia de Teruel, en la Comunidad Autónoma de Aragón, España. Tiene un área de 39,04 km² con una población de 69 habitantes (INE 2016) y una densidad de 1,64 hab/km².
Aparece como Aguilar en un texto de 1212. Durante la Edad Media
Los Árabes dominan Aguilar
Vencidos los españoles por los moros se derraman como un torrente por nuestro suelo, y no cumpliendo las promesas de respetar los bienes, las personas, las leyes, la religión y los templos santos, todo lo arrasan y saquean.
Ante este diluvio de males, muchos españoles con sus obispos y sacerdotes, movidos del celo de la religión y amor a la patria, toman las imágenes de Dios y de la Virgen, las preciosas reliquias, los libros y vasos sagrados y huyen para esconderse en las cuevas.
Por lo que respecta a Aguilar es muy probable que los moradores de éste, situado casi con certeza en la partida de los aliagares desaparecerían casi en su totalidad por su heróica resistencia, no sin antes haber escondido aquella Imagen bendita para que no fuese profanada por la Media Luna., y allí en la Peña, no lejos del pueblo, los árabes construirían esa fortaleza, cuyas ruinas subsisten, para defenderlo y defenderse de los ataques de los cristianos.
Desde allí dominaban gran parte del término de Aguilar y, siguiendo toda la cordillera del «cerro», se asomaban hasta dar vista a Camarillas, en cuyo pueblo también había un castillo, del cual aún quedan restos de muros desmoronados. Y por si fuera poco, desde la Peña se divisaba perfectamente el fuerte situado en el pueblo de Ababuj.
Aguilar del Alfambra
Así pues, con estos tres castillos todo el valle de esta tierra, aunque no rica, fue elegida por los árabes por su situación orográfica, pensando que un día tendrían que hacer frente a los ejércitos españoles que, atravesando sus ríos y sierras, vendrían para arrebatarles aquellas tierras que abandonaron en su heroica retirada.
Muy cerca del «sitio» -al hablar de la Virgen se explica- existe un pozo llamado de la «Gitana”.En la actualidad su entrada, formada por piedras labradas, está cubierta.
Según la Tradición ese pozo o cueva atravesaba el río por debajo de su lecho y se comunicaba con el pueblo. ¿Con qué pueblo? Con el existente en los aliagares, posteriormente desaparecido. ¿Quiénes construyeron esa cueva o pozo? Se ignora, pero el hecho ahí está.
Reconquista de nuestro pueblo
Aguilar fue reconquistado en el año 1170, y no debió ser empresa fácil.
Por lo que respecta al Castillo de la Virgen de la Peña, no sabemos si su conquista fue más difícil que la de otros fuertes, pero es de suponer que sí lo fue.
Si se estudia con detención su emplazamiento, podemos calcular las dificultades que se presentarían para su reducción. Hoy, con los nuevos métodos de guerra, no ofrecería gran dificultad su escalada pero entonces sí.
Su único acceso era por la parte Este y Noroeste, y desde las altas almenas del castillo serían barridas las fuerzas atacantes antes de llegar a sus muros. Por la parte Sur, dada la altura desde el río a la cima era imposible ascender, pues con piedras, solamente, hubieran aniquilado cuantas fuerzas hubiesen intentado subir.
Por la parte Oeste, amén de la misma altura y todavía más cortada la montaña, pues casi es vertical su inclinación, discurre el río ofreciendo serios peligros por la estrechez de sus cauces, como por la profundidad de sus aguas, máxime en tiempos de avenidas.
Todo esto era un obstáculo para su conquista y que nuestros valientes soldados debieron tener en cuenta, especialmente los conocedores del terreno, ya que a nuestro rey se unirían muchos de los habitantes de nuestro pueblo y comarca que gemían bajo el yugo musulmán.
Es de suponer que a este castillo acudirían los que pudieran escapar del fuerte de Camarillas, siguiendo el camino del Cerro para, en éste, resistir otro ataque que, al final, los llevaAguilar del Alfambraría hacia la fortaleza de Ababuj.
La resistencia de la marisma debió ser heroica, pues perdían con este castillo uno de los baluartes más principales de la sierra de El Pobo, con su territorio bastante rico, aunque la huerta actual sería entonces una extensa pradera.
Todos los pueblos tienen su historia y sus leyendas. También Aguilar tiene la suya. ¿Es verídica la tradición de esta leyenda? La tradición será historia si nos lega hechos verídicos, y si no lo son, serán fantasías, leyendas, todo menos tradición e historia.
Sí; Aguilar tiene su leyenda y sus habitantes un apodo, y éste data de la Reconquista, es decir, desde hace aproximadamente 800 años. A los vecinos de nuestro pueblo se les designa con el apodo de «Chotos», y su origen es antiquísimo, como digo. El hecho es éste.
El Castillo de la Virgen de la Peña era ideal para resistir cualquier ataque de campo enemigo. Por eso los moros que van huyendo se refugian allí para hacerse fuertes por algún tiempo, y quién sabe si para contraatacar y recuperar las posiciones perdidas.
Pues bien, allí se hicieron fuertes algunos árabes, y los cristianos por más esfuerzos que realizaban para rendirlos no lo conseguían. Sus incursiones durante la noche eran un peligro constante para el pueblo ya que aquellos moros necesitaban provisiones para resistir.
Si hoy, al mirar hacia aquel lugar nos cautiva y alegra porque vemos la ermita de la Virgen de la Peña, entonces llenaría de temor y espanto a nuestros antepasados al contemplar aquel enorme castillo que guarecía a aquellos indomables moros que en un momento dado podían arrebatarles las vidas y haciendas.
Por eso, conciben un plan para echarlos de aquel reducto. Escogen una noche oscura; reúnen un rebaño de cabras y sobre sus cuernos colocan teas encendidas y las hacen caminar hacia el castillo.
Los moros al ver aquel espectáculo abren la fortaleza y, aullando en la oscuridad de la noche, abandonan el castillo para no volver más.
Esta es la leyenda que ha llegado hasta nuestros días y el origen del mencionado apodo.
Por eso el pueblo de AGUILAR, después de verse libre del poder de la Media Luna tuvo la dicha de que esa imagen bendita de la Peña se apareciese a la pastorcilla. y todo el Antiguo régimen, hasta la división provincial de 1833, fue tierra de realengo, quedando encuadrada dentro de la comunidad de aldeas de Teruel en la sesma del Campo de Monteagudo
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